Las tensiones entre Estados Unidos y México desde que Donald Trump regresó a la Casa Blanca presentan cada día un nuevo capítulo. La presidenta Claudia Sheinbaum respondió la mañana de este viernes a la solicitud de la administración de Donal Trump sobre la lucha contra los cárteles del narcotráfico.
El Departamento de Justicia estadounidense ha pedido celeridad en los procesos judiciales contra los capos de la droga, así como la “eliminación total” de estas organizaciones criminales. En lo que parece un deseo común subyace una nueva crisis bilateral, pues la guerra contra el crimen organizado planteada en estos términos implicaría una intromisión de agencias y fuerzas de seguridad estadounidenses en territorio mexicano, de ahí la reacción de Sheinbaum en su rueda de prensa matutina: “Que empiecen por su país. ¿No tienen ustedes cárteles ahí, no tienen ellos crimen organizado ahí? Tienen mucho que hacer en Estados Unidos”, dijo la mandataria mexicana.
La recién confirmada fiscal general de Estados Unidos, Pamela Bondi, emitió un documento en el que insta a la “eliminación total” de los cárteles y estudia, según algunas fuentes, nombrar un enviado especial para combatir el tráfico de fentanilo en México para estrangular el desarrollo económico y empresarial del crimen organizado. Pero la posibilidad, expresada por Trump en ocasiones en diferentes términos, de que agentes de seguridad estadounidenses puedan operar en suelo mexicano o extraditar a criminales abre un nuevo frente con México.
El mandatario estadounidense ordenó la revisión de la estrategia con el fin de acabar con organizaciones como el Cártel de Sinaloa, fundado por Ismael ‘El Mayo’ Zambada y Joaquín Guzmán Loera, alias ‘El Chapo’ o bien, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
La captura de Ismael “El Mayo” Zambada , el líder del cártel de Sinaloa, el verano pasado abrió una herida que aún no ha cicatrizado entre los dos países. Zambada, creen las autoridades, fue traicionado por su ahijado, Joaquín “El Güero” Guzmán López, uno de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán , secuestrado en México, subido a una avioneta y detenido al aterrizar en Estados Unidos, aunque los hechos completos de la extraña operación aún no han sido del todo esclarecidos.
“No basta con frenar la marea de venenos mortales, como el fentanilo, que estos grupos distribuyen en nuestra patria”, se lee en el documento del Departamento de Justicia que se hizo público el miércoles. Bondi recordó las palabras del republicano cuando asumió el cargo el 20 de enero.
“El presidente Trump ordenó al gobierno federal revisar las estrategias existentes de seguridad nacional y antinarcóticos para perseguir la eliminación total de los cárteles y las organizaciones criminales transnacionales”. Preguntada al respecto, Sheinbaum reaccionó con otra serie de acusaciones que desplazaban la culpa hacia el lado estadounidense: “¿Qué pasa [con el fentanilo] después de la frontera? ¿Quién se encarga de distribuir la droga? ¿Quién la vende en las ciudades de Estados Unidos? ¿A dónde va ahí el dinero de la venta de esa droga?”, dijo.
El gobierno mexicano considera que no hay una sola persona responsable del problema del fentanilo y que Estados Unidos no ha hecho lo suficiente anteriormente, y no está haciendo lo suficiente ahora, para detener el flagelo que está matando a miles de personas cada año.
Pese a ello, y ante las tensas relaciones bilaterales tras el regreso de Trump al poder, Sheinbaum optó por no avanzar más hasta que se aclare el texto del documento del Departamento de Justicia, que, a su juicio, todavía “no se entiende bien”.
Bondi, confirmada en el cargo el miércoles, es muy cercana a Trump y se puso a trabajar inmediatamente siguiendo la doctrina del magnate republicano. El documento también contiene instrucciones para que los fiscales pidan más condenas a muerte y prioricen los asuntos relacionados con la inmigración.
Las mayores batallas del republicano, al menos las que expresa con frecuencia en público, están intrínsecamente ligadas a las políticas de México, con el que comparte una vasta frontera por donde entran migrantes y drogas movidas por los grandes cárteles, pero también por donde viajan en sentido contrario miles de armas de enorme poder de fuego para abastecer al crimen organizado. Ese es el gran reproche que el gobierno mexicano reitera a Washington.
El acuerdo de suspender la aplicación de aranceles al comercio mexicano fue acompañado de varias condiciones, entre ellas que México enviaría 10.000 agentes más a la frontera para vigilar el trasiego ilegal de personas y drogas, algo que el gobierno de Sheinbaum ha puesto en vigor apresuradamente. A cambio, Estados Unidos se comprometió a combatir la venta y el tráfico ilegal de armas. Nada se sabe aún sobre qué pasos dará en esa dirección la administración Trump.