Miles de profesores jubilados se niegan a regresar a los centros educativos públicos, pese a la escasez de docentes y la emergencia en la educación pública. La razón principal es el bajo salario, que no supera los $5 mensuales.
«¿Cómo vamos a ir a trabajar? ¿Para que nos paguen cinco dólares mensuales? (…) Me parece hasta un insulto», declaró Alejandra a la Voz de América, una profesora jubilada que pidió cambiar su nombre por temor a represalias.
La educación pública en Venezuela enfrenta una crisis profunda, con miles de niños y adolescentes recibiendo clases a medias o en horarios reducidos. El gobierno de Nicolás Maduro intenta resolver el problema con una resolución que permite a los maestros jubilados regresar a las aulas.
Sin embargo, los profesores consideran que el salario es insultante y no les permite cubrir sus necesidades básicas. «Pareciera un mal chiste», insistió Alejandra.
Según la Federación Venezolana de Maestros (FVM), el salario promedio de un docente es de apenas $21 al mes. La crisis económica ha pulverizado los salarios y pensiones, obligando a muchos profesionales a buscar otros oficios para sobrevivir.
«Muchos de ellos se fueron del país, otros se fueron a los colegios privados, otros están haciendo otros oficios como peluquería, como repostería», afirmó Carmen Teresa Márquez, presidenta de la FVM.
La situación en el sector educativo es calificada como una «calamidad» por Leyla Escobar, también de la FVM. «Hay muchos otros docentes que no se fueron del país, que están aquí, que están arreglando pelo, haciendo torta, cortando uñas (…) Se fueron a otro oficio que le da más que estar en un aula de clase».
Lea la nota completa en la Voz de América