El opositor Edmundo González Urrutia, actualmente en el exilio, indicó que no lucha por una investidura presidencial, sino por “ocho millones de venezolanos”, refiriéndose a la suma de votos que el antichavismo asegura sacó en los comicios presidenciales de 2024.
En un artículo para el diario El Mundo, el excandidato habló de que hace un año aceptó la postulación presidencial hace y ahora es el “presidente electo de Venezuela, con casi ocho millones de votos”.
“Soy un perseguido político, un exiliado como tantos otros. Tengo un familiar desaparecido, como cientos más; tengo una familia separada, como millones más”, aseveró.
González Urrutia precisó que nunca antes se había postulado a algún cargo de elección popular. “Mi candidatura fue, al principio, un acuerdo de urgencia. Venezuela necesitaba una voz que representara los consensos de los partidos políticos y, a la vez, que lograra conectar con la gente”, acotó.
Con respecto a las elecciones, recalcó que el 28 de julio les confirmaron lo que “ya intuíamos: habíamos ganado”. “Lo sabíamos nosotros, lo sabía el país. Pero esa victoria trajo su precio: la persecución y la amenaza. Debía resguardarme. El primer lugar al que acudí me cerró las puertas, nunca lo olvidaré. Toqué otras, con Mercedes esperando en casa, en vilo. La embajada de Países Bajos se ofreció para acogerme, y allí pasé 37 días. Sin salir. Sin abrir una ventana”.
La razón para escoger España
Luego, llegó su salida del país, en la que recorrió 59.070 kilómetros, “una vuelta y media al mundo”. “Me he reunido con presidentes, reyes, cancilleres, expresidentes, diputados, fiscales de cortes internacionales, cardenales, embajadores, organismos multilaterales, defensores de derechos humanos, organizaciones de migrantes venezolanos y con migrantes venezolanos obligados. En cada encuentro he entregado un mensaje preciso, directo: robaron la elección del 28 de julio. Se violó la Constitución. Se tortura. Se fuerzan desapariciones. Se encarcela. Y, mientras todo eso ocurre, millones resisten”, insistió González Urrutia.
El exembajador en Argentina subrayó que escogió España para exiliarse “por razones personales”. “Aquí vive mi hija menor. Aquí han nacido dos de mis nietas. Aquí, Mercedes y yo, aún podemos abrazar algo de lo que somos: abuelos”.
Luego, reiteró que es “el presidente electo de una nación a la que no le reconocen su voluntad de cambio” y que, aunque parezca una paradoja, “esa responsabilidad me da sentido”.
“No lucho por una investidura. Lucho por casi ocho millones de personas que marcaron una papeleta. Por los que no pudieron hacerlo, por los que están dentro y por los que se fueron. Por quienes aún creen -y eso es lo más difícil- que vale la pena seguir creyendo”, concluyó.