El gobierno de Cuba rechazó el martes el nuevo memorando emitido por la administración estadounidense el pasado 30 de junio, al que acusó de reflejar una política “agresiva y hegemónica”, orientada a «asfixiar la economía de la isla y someterla a los intereses de Washington».
En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex) calificó el nuevo memorando como una “reedición” del texto original, al considerarlo una actualización del documento emitido en 2017 durante el primer mandato de Donald Trump y una profundización del bloqueo económico contra la isla.
“El documento contempla un cuerpo de medidas dirigidas a fortalecer aún más el cerco económico y provocar mayores carencias al pueblo cubano”, indicó el comunicado, señalando que estas acciones «violan el derecho internacional» y han sido «condenadas» por la comunidad internacional desde 1992 en sucesivas resoluciones de la Asamblea General de la ONU.
La Cancillería afirmó que, a partir del memorando original, Estados Unidos impuso «severas restricciones a los viajes, el envío de remesas, el suministro de combustible y la prestación de servicios médicos internacionales por parte de Cuba».
También denunció la «presión» ejercida sobre entidades financieras extranjeras, la inclusión de la isla en la lista de países «patrocinadores del terrorismo», y los «intentos por desalentar la inversión extranjera en el país».
Según el gobierno cubano, el nuevo memorando busca “justificar” estas acciones bajo argumentos como la defensa de los derechos humanos y la promoción de la democracia, mientras en realidad —afirma— «responde a intereses de sectores anticubanos que han convertido la hostilidad hacia la isla en un negocio lucrativo”.
“El empeño estadounidense de destruir el proyecto nacional cubano y convertir su economía al capitalismo no ha cesado”, señaló el Ministerio. “No le importa al gobierno de EE. UU. que Cuba sea un país pacífico y con relaciones amistosas con el mundo entero”.
¿Qué establece el memorando de Trump?
El pasado 30 de junio, Donald Trump firmó un nuevo memorando con el objetivo de «endurecer la política estadounidense hacia Cuba».
Según la Casa Blanca, el memorando restablece la línea dura del primer mandato de Trump, limitando transacciones con entidades vinculadas a las Fuerzas Armadas cubanas, como GAESA, y prohibiendo cualquier operación económica que beneficie al gobierno cubano, salvo aquellas que respalden directamente al pueblo.
La medida también refuerza el embargo económico, mantiene la prohibición de turismo desde EE. UU. a la isla y exige auditorías y registros de viajes por al menos cinco años. Además, rechaza cualquier intento en foros internacionales de levantar las sanciones.
El texto señala como prioridades la «expansión del acceso a Internet, el fomento de la prensa libre y el apoyo al sector privado independiente en Cuba». Asimismo, ordena una revisión de los «abusos de derechos humanos en la isla y solicita informes sobre fugitivos de la justicia estadounidense presuntamente protegidos por el gobierno cubano».