El Gobierno de Venezuela advirtió este viernes que sus países vecinos son los que sufrirían «las consecuencias más lamentables de una intervención» por parte de Estados Unidos, que mantiene un despliegue militar en el mar Caribe cerca de la nación petrolera.
«No sería Venezuela la que pagaría las consecuencias más lamentables de una intervención de este tipo, estamos hablando de los países vecinos, Colombia, el Caribe, Brasil, la propia Guyana, la Trinidad y Tobago esa que su primera ministra (Kamla Persad-Bissessar) nos amenaza y ha asumido una posición de guerra. (…) Sufrirían las consecuencias más trágicas de cualquier intervención», expresó el ministro de Exteriores, Yván Gil.
En la instalación del ‘Encuentro Parlamentario del Gran Caribe’, en Caracas, el funcionario aseguró que la desestabilización de la región sería «la primera de las consecuencias» si «una intervención militar se decidiera de manera irresponsable» por parte de la Administración de Donald Trump.
Entretanto, los venezolanos, según el canciller, están «preparados en perfecta unión cívico-militar-policial y, además, con un sentido histórico, patriótico y soberano a seguir -dijo- transitando el camino de la revolución bolivariana bajo cualquier circunstancia».
¿Guerra contra las drogas en Venezuela y países vecinos?
Venezuela instaló este viernes el ‘Encuentro Parlamentario del Gran Caribe’ con legisladores de varios países de la región, con el fin de elaborar una hoja de ruta para enfrentar la que señala como «extravagante» presencia militar de EE.UU.
La reunión también contó con la participación del ministro de Exteriores de Nicaragua, Denis Moncada, quien dijo que «la llamada guerra contra las drogas» se trata de «una estrategia geopolítica» de EE.UU. para justificar «la intervención, el despliegue de tropas, la violación sistemática de soberanías, el robo descarado de recursos naturales, la imposición de aranceles arbitrarios» y «el control de territorios».
El Ejército estadounidense asegura que ha hundido 15 embarcaciones en doce ataques ocurridos en aguas del Caribe y del Pacífico en los que murieron al menos 61 personas, en una nueva etapa de la que señala como su guerra contra las drogas.
Las denuncias del chavismo
Caracas rechaza ese argumento e insiste en que se trata de un plan para propiciar un «cambio de régimen» en Venezuela e imponer una autoridad «títere» con la que EE.UU. pueda «apoderarse» de los recursos naturales del país, principalmente el petróleo.
La ONU acusó este viernes al Gobierno de EE.UU. de «violar el derecho internacional» con estos ataques y afirmó que las personas a bordo de las embarcaciones fueron víctimas de «ejecuciones extrajudiciales».
El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, expresó que estos «ataques, y su creciente coste humano, son inaceptables», por lo que, consideró, deben cesar «independientemente de los presuntos delitos que se les imputen».













