Al menos doscientos militares están retenidos por campesinos afines al expresidente boliviano Evo Morales, tras el asalto a tres cuarteles en el marco de las protestas que comenzaron hace 20 días, informó el gobierno este sábado (02.11.2024). El viernes «tres unidades militares han sido asaltadas por grupos irregulares en la zona del Chapare, en el departamento de Cochabamba, tomando como rehenes a más de doscientos efectivos militares», señaló la Cancillería de Bolivia. Además, «se apropiaron de armamento de guerra y municiones», agregó.
«El Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia denuncia ante la comunidad internacional que la escalada desestabilizadora en contra del sistema democrático continúa, pese a los esfuerzos y reiteradas convocatorias al diálogo realizadas por el presidente Luis Arce», dice el comunicado de la Cancillería boliviana disponible en su página web. El gobierno sólo ha identificado a uno de los tres cuarteles, el «Cacique Juan Maraza». En un video difundido por la prensa boliviana, se ven 16 militares rodeados de campesinos que blanden palos con la punta afilada. «El Regimiento Cacique Maraza ha sido tomado por las centrales del Tipnis. Nos han cortado el agua, la luz, nos han tomado como rehenes», se le escucha decir a un uniformado.
En un principio se informó oficialmente de un regimiento ocupado por manifestantes el viernes en Cochabamba y se cifraba en 20 los soldados secuestrados. A esa misma región, el gobierno boliviano envió a las Fuerzas Armadas para apoyar a la policía en el despeje de carreteras bloqueadas por los partidarios de Morales. El expresidente es investigado penalmente por un caso de estupro que él niega y que sus seguidores denuncian como parte de una «persecución judicial y política» del gobierno de Luis Arce, exministro del líder indígena de 65 años.
Los seguidores de Morales mantienen un bloqueo de carreteras desde hace 20 días en el centro de Bolivia, pese a que en la víspera un operativo policial y militar despejó el punto principal de la medida de presión en Cochabamba. El expresidente, que inició ayer una huelga de hambre, pidió en la víspera a sus leales que consideren hacer una pausa en los bloqueos para evitar «hechos de sangre» ante la acción policial y militar, pero estos decidieron seguir con la medida.