El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este martes una orden ejecutiva para reducir «significativamente» la plantilla de la Administración pública y otorgar más poder al nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, en inglés), que está bajo la supervisión de Elon Musk y se encarga de recortar el gasto público.
El gobernante compareció ante la prensa en el Despacho Oval de la Casa Blanca junto a Musk, que llevaba una gorra negra con las siglas MAGA, el eslogan de campaña de Trump, ‘Make America Great Again’ («Hacer a EE.UU. grande de nuevo») y estaba acompañado por su hijo menor, X Æ A-Xii, a quien el empresario llama X.
Trump enseguida cedió la palabra a Musk, quien realizó extensas declaraciones en las que afirmó que la Administración federal se ha convertido en una «cuarta rama no electa» y subrayó la necesidad de implementar «controles de sentido común» para reducir, entre otras cosas, gastos innecesarios.
El empresario minimizó las críticas sobre su papel en el Gobierno y los posibles conflictos de interés, dado que seis de sus empresas están bajo investigaciones, quejas o han resultado objeto de medidas regulatorias por parte de once agencias federales, sobre las cuales ahora está actuando para recortar personal.
Musk aseguró a los periodistas que intenta ser lo más transparente posible, aunque no tiene intención de hacer públicas sus declaraciones financieras. «La transparencia es lo que genera confianza», afirmó.
Por su parte, Trump respaldó la postura de Musk, asegurando que no hay ningún problema con su papel y denunciando la existencia de «fraude» y «abuso» en la adjudicación de contratos públicos, así como «decenas de miles de millones de dólares» que iban a ser despilfarrados.
Agencias federales deben colaborar con Musk
La orden ejecutiva instruye a las agencias federales a colaborar con el DOGE para reducir personal y limitar las contrataciones, con el objetivo de disminuir «significativamente» el tamaño del Gobierno federal, según confirmó a la prensa un funcionario de la Casa Blanca.
De acuerdo a más detalles filtrados a medios como Semafor y The Washington Post, la orden insta a los líderes de las agencias a limitar la contratación a puestos «esenciales», prepararse para importantes reducciones de plantilla y restringir la reposición de vacantes tras las bajas de personal.
En concreto, bajo la nueva orden ejecutiva de Trump, las agencias solo podrán contratar a un nuevo empleado por cada cuatro que dejen su puesto, una vez finalizada la actual congelación de contrataciones federales, según un documento de la Casa Blanca compartido con The Washington Post.
El mismo documento señala que se harán excepciones para los puestos relacionados con la seguridad nacional y el control migratorio, permitiendo contrataciones en estos ámbitos.
Las acciones del DOGE, que incluyen el desmantelamiento de algunas agencias estadounidenses, la expulsión de decenas de miles de funcionarios y el acceso a algunos de los sistemas de pago más sensibles del Gobierno federal, han provocado demandas y generado caos.
Como parte de su ofensiva para reducir gastos, el DOGE ha desmantelado de facto la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (Usaid) y la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB), creada tras la crisis financiera de 2008, con el cierre de sus oficinas e incertidumbre sobre el futuro de sus empleados.
Veto a la AP
En la jornada, trascendió el veto contra la agencia The Associated Press (AP) durante un acto en el Despacho Oval de la Casa Blanca, por no usar la denominación ‘Golfo de América’ para el Golfo de México.
«Hoy fuimos informados por la Casa Blanca de que, si AP no alinea sus estándares editoriales con la orden ejecutiva del presidente Donald Trump para renombrar el Golfo de México como el Golfo de América, se le prohibiría el acceso a un evento en el Despacho Oval», informó en un comunicado la editora jefe de la agencia, Julie Pace.
«Esta tarde, un reportero de AP resultó vetado y no pudo asistir a la firma de una orden ejecutiva», agregó.
Pace consideró «alarmante» la decisión tomada por la Casa Blanca contra AP «por su periodismo independiente».
«Restringir nuestro acceso al Despacho Oval en función del contenido de nuestra cobertura no solo dificulta gravemente el acceso del público a noticias independientes, sino que además viola claramente la Primera Enmienda», dijo.
Associated Press, en su guía de estilo, decidió seguir llamando al Golfo de México «por su nombre original», aún mencionando el nuevo nombre elegido por Trump, dado que se trata de un cuerpo de agua que comparte frontera con México y Cuba.
«La orden de Trump solo tiene autoridad dentro de Estados Unidos. Ni México, ni otros países, ni organismos internacionales están obligados a reconocer el cambio de nombre», apuntó la agencia, después de que el mandatario anunciase su decisión.
Si «Como agencia de noticias global que distribuye información en todo el mundo, AP debe garantizar que los nombres de lugares y la geografía sean fácilmente reconocibles para todas las audiencias», añadió.