Abogados de los venezolanos deportados desde Estados Unidos a El Salvador, acusados de pertenecer a la pandilla Tren de Aragua, argumentan que las pruebas utilizadas para justificar su expulsión se basaron en tatuajes comunes, como coronas, globos oculares y flores, que no necesariamente indican afiliación criminal.
Según Associated Press, los migrantes fueron enviados a una prisión de alta seguridad en El Salvador antes de poder reunirse con sus abogados. Según los defensores, las autoridades estadounidenses utilizaron los tatuajes de los detenidos como principal evidencia de su pertenencia a la banda criminal.
Sin embargo, señalan que los tatuajes no son un indicador confiable de afiliación criminal, especialmente en el caso del Tren de Aragua, a diferencia de otras pandillas como la MS-13, conocida por sus distintivos tatuajes faciales.
Uno de los casos más destacados es el de Jerce Reyes Barrios, un exfutbolista profesional de 36 años, quien fue identificado como miembro de la pandilla debido a un tatuaje de una corona sobre un balón de fútbol y la palabra «Dios». Su abogada, Linette Tobin, explicó que el diseño estaba inspirado en el logo del Real Madrid, su equipo favorito, y no tenía relación alguna con actividades delictivas.
Otro caso es el de un hombre identificado como J.G.G., quien aseguró que eligió un tatuaje de un globo ocular simplemente porque le parecía «genial» después de verlo en una búsqueda en Google. A pesar de sus explicaciones, las autoridades insistieron en que estos diseños demostraban su pertenencia al Tren de Aragua.
La deportación fue ordenada por el presidente Donald Trump bajo la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, una legislación de tiempos de guerra que permite expulsar a no ciudadanos sin el debido proceso.
Trump argumentó que la pandilla Tren de Aragua está «perpetrando una invasión» a Estados Unidos, aunque la mayoría de los abogados han desestimado esta afirmación por falta de pruebas concretas.
Críticas a las deportaciones
Karla Ostolaza, directora ejecutiva de The Bronx Defenders, una organización de defensa pública en Nueva York, criticó la práctica de utilizar tatuajes como prueba de afiliación pandillera. «En un gimnasio suburbano de Estados Unidos, estos tatuajes no levantarían sospechas, pero en alguien de cierta nacionalidad, se convierten en señales de criminalidad y peligro», afirmó.
Aunque las autoridades estadounidenses aseguran que no se basaron únicamente en los tatuajes para identificar a los presuntos pandilleros, abogados y familiares insisten en que estos fueron un factor determinante en las deportaciones. Además, destacan que muchos de los detenidos no tuvieron la oportunidad de presentar pruebas en su defensa antes de ser expulsados.
Contexto legal y preocupaciones
La aplicación de la Ley de Enemigos Extranjeros ha generado controversia, ya que permite la deportación sin juicio previo. Organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por el uso de esta legislación, argumentando que viola garantías procesales básicas.
Mientras tanto, los hombres deportados han denunciado «condiciones extremas» en la prisión salvadoreña donde están recluidos, y sus familias en Estados Unidos claman por justicia y transparencia en el proceso.
Con información de Associated Press