Estados Unidos considera que los 238 migrantes que fueron expulsados del país hacia una megacárcel en El Salvador deben permanecer allí «por el resto de sus vidas».
Así lo señaló la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, en una rueda de prensa la víspera de que este jueves, en una reunión de gabinete televisada, enfatizara el interés del Gobierno por continuar con su campaña para deportar a los más de 11 millones de personas que viven en EE.UU. sin un estatus migratorio legal.
«Estamos seguros de que las personas (enviadas a El Salvador) deben estar allá y deben permanecer allá por el resto de sus vidas», indicó a un grupo de reporteros el miércoles
A pesar de que el Gobierno de Donald Trump ha defendido su decisión de trasladar a los migrantes al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), tanto los testimonios de sus familiares como análisis de medios estadounidenses han comprobado que la mayoría de personas actualmente detenidas allí no tienen antecedentes criminales.
Un informe exhaustivo publicado por la agencia Bloomberg encontró que un 90 % de los expulsados nunca ha sido acusado de ningún crimen en EE.UU..
Las declaraciones de Noem llegan después de que dos tribunales, uno en Texas y otro en Nueva York, bloquearan temporalmente el envío de migrantes venezolanos al país centroamericano.
Las órdenes judiciales responden a dos demandas presentadas por la organización Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) tras una decisión del Supremo de EE.UU. este lunes que dio vía libre al Gobierno para las expulsiones, haciendo la salvedad de que los migrantes tienen derecho al debido proceso y a ser notificados de que serán trasladados.
El Gobierno ha aplicado una ley de 1798, conocida como la ley de enemigos extranjeros, para trasladar a los migrantes, vinculando a los hombres con la pandilla venezolana Tren de Aragua y tildando su presencia en EE.UU. como «invasión».