Los cardenales se encaminaron hacia la Capilla Sixtina a las 16.30 hora local tras permanecer cerca de 15 minutos en la cercana capilla Paulina para una oración inicial oficiada por el secretario de Estado, Pietro Parolin, primero de los cardenales obispos, pues el decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, es mayor de 80 años y no puede participar en el cónclave.
Antes de la procesión, Parolin les recordó en latín que entrarán en cónclave «para elegir al Romano Pontífice y que toda la Iglesia está unida a ellos en oración invoca la gracia del Espíritu Santo para que sea elegido una digno pastor del rebaño de Cristo».
Después comenzó la procesión, encabezada por una cruz, seguida de los miembros de la Capilla Musical Pontificia, algunos prelados y los ceremonieros, así como el Maestro de las Celebraciones Pontificias, Diego Ravelli, y el padre Raniero Cantalamessa, encargado de la meditación que escucharán los cardenales antes de votar.
Detrás iban los cardenales, en orden inverso de precedencia: primero los de la orden de los diáconos, seguidos de los presbíteros y de los obispos, mientras que respondían a la “Letanía de los santos”, en la que invocan la ayuda de los grandes santos de la historia del cristianismo.
La procesión salió de la Capilla Paulina, que recibe su nombre del papa Pablo III, quien hacia el año 1540 encargó su construcción y que cuenta con dos imponentes frescos de Miguel Ángel – “La conversión de San Pablo” y “La Crucifixión de San Pedro”- hasta llegar a la Sixtina, atravesando la Sala Regia.
También allí los cardenales electores concelebran la misa ‘De Spiritu Sancto’ todos los días del cónclave para invocar la ayuda de Dios.
Una vez que todos en la Sixtina, se invocó la ayuda del Espíritu Santo cantando el “Veni Creator” (“Ven Espíritu creador”), himno en latín con el que se solicita solemnemente su presencia y ayuda, y se procederá el juramento.
Paso seguido, los cardenales electores se colocaron en fila según el orden de precedencia y se acercaron a un volumen de los Evangelios apoyado sobre un atril en el centro de la Sixtina. Allí apoyaron una mano sobre el libro y prestaron juramento con la fórmula siguiente: “Y yo (nombre), Cardenal (apellido), prometo, me obligo y lo juro. Así Dios me ayude y estos Santos Evangelios que toco con mi mano”.
Ahora, los 133 cardenales que deberán elegir al sucesor del papa Francisco se encuentran encerrados en la Capilla Sixtina para empezar el cónclave.
El maestro de Celebraciones Litúrgicas, Diego Ravelli, pronunció la fórmula en latín, «Extra omnes» (fuera todos), para pedir a todo aquel ajeno al cónclave que abandonara la capilla.
Con información de EFE